IMÁGENES Y EFECTOS PROCESIONALES
La Semana Santa oriolana con anterioridad a los años cuarenta, había tenido, en un principio, la constante de la austeridad. Únicamente el ligero adorno de los pasos a cargo de sus mayordomos o camareros y entidades, en algunos casos, rompían la triste nota pasionaria. Habría veces que algún paso dejaba de desfilar por no haber quien se hiciera cargo de los gastos del arreglo y, otras lo efectuaban en la más absoluta pobreza. Un hito, en cuanto a efectos procesionales se refiere, fue la construcción en 1929 del trono de plata del paso de la Caída y, posteriormente, el del “Abuelo”. Después, el ejemplo sería tomado por el resto de Cofradías y Hermandades, de tal manera que, en la actualidad las calles de Orihuela se transforman mágicamente en la noche del Viernes Santo en un joyero, en el que compiten la escultura, la orfebrería y los bordados.
La Cofradía del Ecce-Homo no ha quedado atrás y ha ido enriqueciéndose con nuevas imágenes, tronos, cirios, guiones y estandartes. De tal manera que, hoy por hoy, la riqueza de sus efectos procesionales no desentonan en absoluto en su anual compromiso los Martes y Viernes Santos en nuestra Semana Santa.