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DE SAN AGUSTÍN AL MUSEO DE SEMANA SANTA

Tras la guerra civil y, una vez restituidos a sus lugares de origen los objetos de arte expuestos en el Museo que, por iniciativa del ilustre oriolano Justo García Soriano, había cobijado durante la contienda a gran parte de nuestro patrimonio artístico, las imágenes del Ecce-Homo fueron depositadas en el domicilio de las camareras del paso, Srtas. de Muñoz, en la calle del Colegio, sitio donde se encontraban tras estallar la contienda por miedo a su destrucción, sabiéndose que durante el periodo de la guerra que pasaron en la casa, el Cristo estuvo acostado en una cama, como si de un enfermo se tratara, compartiéndola con Él por las noches D. Napoleón Bueno Muñoz, sobrino de estas señoras, que se encontraba escondido, por cuestiones políticas, en las falsas de aquella casa .

De allí, en 1940, fueron trasladadas a la Iglesia de San Agustín para salir en procesión el Miércoles Santo a las 10 de la noche, junto a las Cofradías del Lavatorio y del Pilar (San Pedro el arrepentido).

Al finalizar la Semana Santa de ese año, tal como decíamos anteriormente, las imágenes fueron depositadas en la Iglesia de la Merced para recibir culto por parte de la Casa Social Católica.

Al año siguiente, de nuevo el paso fue trasladado a la Iglesia de San Agustín, de donde volvió a salir la procesión el Miércoles Santo para hacer estación en la Iglesia de Monserrate. De retirada el Viernes Santo el paso fue llevado a su sede en la Iglesia de la Merced.

En abril de 1941, José Gas proponía en Junta que se hicieran gestiones ante el Vicario General a fin de restablecer la misa de once en la citada iglesia, para así dar mayor culto a la imagen del Ecce-Homo.

En principio hubo oposición por parte de la Autoridad Eclesiástica, aspecto éste que en 1945 aún no se había logrado, a pesar de haberse responsabilizado la Cofradía en el mantenimiento y conservación de la Iglesia, en la zona de la Capilla de su Titular y de celebrarse en ella la fiesta anual en honor al mismo.

En fecha 17 de abril de 1948, se elevó solicitud al Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis exponiendo la conveniencia de fundar una misa en la Iglesia de la Merced que costearía la Cofradía de su fondo particular y con la colecta que con este fin se realice. La primera autoridad eclesiástica de la Diócesis y en su nombre el Ilmo. Sr. Vicario General, se mostró favorable a la institución de dicha misa, según escrito que a tal fin se le presentó, indicando las dificultades que por falta de Sacerdotes en la localidad y Diócesis pudiera retardar la celebración de ésta.

La Cofradía hizo cuantas gestiones estuvo de su parte para encontrar Sacerdote que dijera la citada misa, concedida, con la condición de no poder vinar en ella. La hora fijada para la celebración de la misma fue la de doce y media.

Con fecha 9 de octubre de 1949, se celebró la primera misa, “continuando tras un breve período de tiempo celebrándola” el Hermano Mayor de la Cofradía, D. Modesto Díez Zudaire.

El 8 de marzo de 1948, el Obispo García Goldáraz concedió cien días de indulgencia por rezar un Padrenuestro, Avemaría, o Credo ante la imagen de Jesús en el paso del Ecce-Homo que se daba culto en el altar de la Iglesia de la Merced. El 2 de febrero de 1990, el Obispo Álvarez Martínez manifestaba que, en adelante dicha indulgencia se entendería como parcial.

El 26 de febrero de 1950, se plantea la posibilidad de construir un altar para el Señor del Ecce-Homo, iniciativa ésta que procedía de 1942. Pero, “después de breve estudio, se acuerda dejarlo para la consulta con ingeniero y que él dictamine y oriente como se ha de hacer”.

Dos años después, abril de 1952, se presenta por el Sr. Rodríguez Lozano dos bocetos de altar diseñados por el artista Ambrosio Leyva Andúgar, uno con importe de 7.000 pesetas y otro de 9.500 pesetas. Tras el dictamen técnico dado por los Sres. Sarabia y Vegara, se acuerda contratar con el artífice el de más elevado costo.

El 16 de septiembre de 1953 estaba prácticamente terminado y hubo que realizar una operación bancaria para pagar al artista, amortizándose con el importe de las colectas de los domingos. Este altar retablo fue bendecido en la fiesta anual de la Cofradía, el 19 de marzo de 1955, actuando de madrina Dña. Isabel Gálvez Gálvez. Durante la misa actuó el “Conjunto Coral del Círculo Católico” que interpretó la “Misa tertia a dos voces de H . Haller”(Misa esta, traída expresamente desde su tierra natal, por D. Modesto Díez Zudaire) y ocupó la Sagrada Cátedra, el Hermano Mayor de le Cofradía.

La citada fiesta anual se viene celebrado desde 1944 y hasta 1950 coincidía con el Domingo de Ramos. A partir de esta fecha se traslada al 19 de marzo, coincidiendo con la del Circulo Católico por ser el gran impulsor de la Cofradía, y “por los inconvenientes que suponía”, probablemente por la coincidencia con la bendición de las palmas. Salvo alguna rara excepción, la misa la ha celebrado el Hermano Mayor, y se han interpretado tres partituras; la ya citada, la “Missa Te Deum Laudamos de Perosi” y la “Misa Festiva 45 a 4 voces mixtas de Tomás Aragües”. Han actuado grupos corales procedentes del Círculo Católico con distintas denominaciones ( Schola Catorum de la Cofradía, Cuadro Artístico del Círculo Católico, Grupo Coral del Círculo Católico, Orfeón Ramón Barber, Capella Monserratina de Orihuela y Grupo Cantores Pepe Rodríguez) y en una ocasión, 1950, la misa fue cantada por frailes, a los que se les abonaron 75 pesetas por este cometido. La dirección musical ha estado a cargo a lo largo de los años de Pepe Rodríguez, Bienvenido Espinosa Sarmiento y Manuel José Moya Pomares.

A partir de la incorporación del Ecce-Homo a la procesión del Martes Santo, la noche anterior y tras el desfile de La Samaritana y El Prendimiento, los cofrades del Ecce-Homo y directivos de El Perdón, ambos con sus familias, trasladaban el paso a la Iglesia de San Gregorio, donde quedaba depositado hasta el día siguiente, en que hacían estación conjuntamente hasta Monserrate. Posteriormente, el mismo Martes Santo a mediodía, era trasladado y después de las Bodas de Plata, con la incorporación del paso de La Sentencia, se custodiaban en los talleres de Daniel Sánchez Gracia, anexos a la antigua Iglesia de los Alcantarinos, hasta la hora de la procesión. En otras ocasiones y con motivo del derribo de la Iglesia de San Gregorio, los pasos quedaban o en la lonja o en la Glorieta, por la imposibilidad material de introducirlos dentro del templo.

Así se estuvo haciendo y dando culto al Ecce-Homo y a La Sentencia en la Iglesia de la Merced, hasta el año 1975 en que este templo fue cerrado al culto. Durante algunos años los pasos permanecieron en él, excepto las imágenes del Señor que se depositaron en el Museo Diocesano de Arte Sacro de la Catedral. El resto de esculturas con los tronos se alojaron en un almacén de la Caja Rural Central en la calle Comedias, núm. 4, tras haberse salvado milagrosamente, junto con los pasos del Perdón, del derrumbamiento de la cúpula de la Iglesia de la Merced ocurrido el 26 de agosto de 1980.

Al cerrarse al culto la Iglesia de la Merced, desde 1975 hasta la actualidad, la celebración anual tuvo un largo peregrinar de la Catedral a Santiago, de allí a Santa Justa, de ésta de nuevo a la Catedral y, por último, al haber sido bendecida la Iglesia Museo de la Semana Santa “Ntra . Sra. de la Merced”, el 12 de mayo de 1988 (Festividad de la Ascensión) por el Obispo Barrachina, dicha celebración se conmemoró en la nueva Iglesia. Bendición esta que, se llevó a cabo tres años después de haber sido depositados los pasos en vísperas de la Semana Santa de 1985. De esta forma, los pasos del Ecce-Homo, al igual que otros de nuestras procesiones pasaron a engrosar el, tan deseado, Museo de Semana Santa. Terminándose así un indigno recorrido por almacenes y trasteros, después de haber sido expulsados de sus sedes tras la destrucción o restauración de las iglesias de San Gregorio, San Sebastián, el Carmen, Capuchinos y la Merced. Logrando así, Dios lo quiera, por los siglos de los siglos, un digno techo.

Posteriormente y debido a las pequeñas dimensiones de la Iglesia Museo de la Merced y también por la coincidencia con la fiesta de otras Cofradías, en 1998 se efectúa la fiesta anual en la Iglesia de San Juan de la Penitencia, y resultando esta también insuficiente al año siguiente pasa a celebrarse en el Colegio de Santo Domingo, donde hoy día viene haciéndose.

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