por D. Javier Sánchez Portas
El Presidente de la Cofradía del Ecce-Homo, José Víctor Rodríguez, consciente del pasado histórico de la imagen titular de su cofradía, me pide algunos antecedentes; y he aquí, en breves líneas, como nos hemos de remontar a los albores del siglo XVI para conocer sus orígenes. En sucesivos apartados estudiaremos la ermita de la Santa Cruz, la Congregación de Nuestra Señora del Pilar, fundada en ella en el siglo XVIII, y la procesión que ésta organiza desde 1758, en la que comienza a salir la imagen del Ecce-Homo en 1777.
LA ERMITA DE LA SANTA CRUZ
En 1524, Jacobo Torres Alcorisa y su mujer, Melania Sanoguera Soler de Olite, fundan en la calle de Crevillente -actual Barrio Nuevo-, una pequeña iglesia dedicada a la Santa Cruz, San Judas Tadeo y Santa Tecla. Construida junto a la casa que poseía este matrimonio, debía considerarse capilla dependiente de la catedral y servir para uso público y privado, pues los donantes se reservaron ” una tribuna o arco desde su casa, por la que… oían cómodamente el Santo Sacrificio de la Misa y demás actos religiosos que en dicha hermita (sic) se practicaban” .
Las obras de construcción duraron dos años y se bendijo el nuevo templo el 2 de mayo de 1526. Constaba de seis altares dedicados a San Judas Tadeo; San José; Santa Cecilia y Santa Tecla; Santiago el Mayor; Virgen del Pópulo; y el principal baja la advocación de la Santa Cruz, que estaba orientado a poniente, con lo cual debía estar emplazada la iglesia en paralelo con la calle. En 1673 se desplomó casi toda a causa de un terremoto y de nuevo se edificó en 1675, retirándola hacia la montaña. En esta ocasión el templo sólo tenía tres altares que de dedicaron a la Santa Cruz -el principal-, San Judas Tadeo y Virgen del Pilar. Poco duró la construcción, pues en 1699, año muy lluvioso, se ” vino a tierra” y su solar se dedicó a la enseñanza de niños y juego de bolas, durante algunos años.
El 26 de abril de 1714 de nuevo se había construido la ermita de la Cruz (no en 1722 como dice Montesinos), pues el Cabildo Catedralicio de licencia al canónigo Domingo Gómez para que la bendiga y pueda decir misa en ella. En esta ocasión la capilla se retranquea otra vez de la calle y se construye perpendicular a ésta; al realizarse elevada sobre la montaña de accede a ella por dos escaleras que se unen en su puerta -tal como la conocimos hace algunos años-.
Parece que tras la reconstrucción de la ermita el Cabildo vio mermados sus derechos parroquiales, a causa de la multitud de misas que en ella se decían y a las limosnas que recaudaban pidiendo para las ” ánimas” y ” toque de campana” , por lo que, olvidando la autorización concedida tres años antes, el 29 de diciembre de 1717 acuerda que ” hauiéndose fabricado dicha hermita sin auctoridad alguna… se le mande al Sacristán Mayor restituya a esta Santa Iglesia quantos ornamentos y alajas ay de ella en dicha hermita” . No he encontrado ninguna otra noticia al respecto, en las actas capitulares del Cabildo, hasta 1739 en que se acuerda entregar tres arrobas de aceite a la ermita de la Santa Cruz, cada año, en conformidad con el legado del Dr. Rocamora.
Según la descripción de Montesinos, en 1792, el altar mayor estaba dedicado a San Judas Tadeo y en él se veneraba un lienzo del titular -hoy conservado en el Museo Diocesano de Arte Sacro- regalado por el canónigo Gómez. Existían otros altares con las imágenes de la Virgen del Pilar, San Juan Evangelista, Virgen de los Dolores, San Pedro Arrepentido, Santa Cruz, Nuestro Padre Jesús y la Verónica. Además de otros dos con lienzos de Santa Rita de Casia y Santa Bárbara. Debemos destacar la ausencia de una imagen de San Judas Tadeo, y posteriormente veremos como la escultura de Pilato es utilizada para representarle.
REAL CONGREGACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
El 16 de abril de 1758, en la iglesia de la Santa Cruz y San Judas Tadeo, se funda la Real Congregación de Nuestra Señora del Pilar contra el Pecado Mortal. La imagen titular ” …se fabricó en Zaragoza, y se tocó con su original, y estuvo expuesta junto a él, a la veneración pública de los fieles, algunos días…” . Los fines de la Congregación son: ” …hacer bien y celebrar misas por los que están en pecado mortal para que se conviertan a Dios, y hacer oración en común todos los congregantes, y en particular cada uno para el mismo fin; por lo qual es preciso, que los que desean serlo sean de buena vida y costumbres, y eviten en sí mismo a toda costa el pecado, que deven remediar y precaver en los demás” .
Se podía inscribir en la Congregación cualquier persona, de forma gratuita, pero los congregantes de número ” …deven dar en el día de su ingreso un real moneda corriente, de limosna, y en cada sábado de todo el año un quarto de talla…” Con los ingresos obtenidos se pagarían ” …los gastos que costea la Congregación, así en el Culto Divino, procesiones Viáticos, entierros, y assistencia de los enfermos pobres, como en otras obras de piedad…” . También se prevee otro medio de ingreso, que salieran ” …todos los congreganten voz alta, para celebrar Misas por la conversión de los que están en pecado mortal…” .
Los congregantes debían asistir, personalmente, a los ejercicios de piedad dispuestos en las constituciones de la Congregación, sin faltar a ellos más que por causa muy grave. En concreto debían asistir a las comuniones generales ” …el domingo segundo de cada mes, en el día y fiesta de Nuestra Patrona María Santísima del Pilar a 12 de octubre, en la de la invención de la Santa Cruz a 3 de mayo, en el de Nuestra Señora de Monserrate a 8 de septiembre, en el de la exaltación de la Santa Cruz a 14 del mismo, y en el San Judas Tadeo a 28 de octubre…” . Además de a estas comuniones generales se especifica que debe asistir ” …a los exercicios de la Oración Mental, y disciplina en los miércoles y viernes de Adviento y Quaresma, y a todas las procesiones que por ocasión de comulgantes, entierros, rosario o otras vaya la Congregación…” .
El Papa Clemente XIII concedió diversas indulgencias, por Breve datado en Roma el 31 de julio de 1758, a los miembros de esta Congregación. Entre ellas, nos interesa especialmente la concesión de sesenta días de indulgencia a los que realizaran alguna obra de misericordia o de piedad, y en concreto porque ” …assistieren a las processiones ordinarias o extraordinarias de dicha Congregación como a qualesquiera otras que se hagan con licencia del Ordinario…” . El Obispo de Orihuela, D. Juan Elías Gómez de Terán, concedía además ” …cuarenta días de indulgencia en los actos concedidos por Su Santidad; y también a los que salen a pedir las limosnas de noche, y a los que las dan” .
LAS PROCESIONES DEL PILAR EN LOS SIGLOS XVIII-XX
No es extraño que los congregantes, en cumplimiento de los fines mencionados, realizasen procesiones para aumentar la piedad cristiana y ganar las indulgencias que tenían concedidas. En concreto tenemos noticia de una procesión, realizada desde 1758 a 1778 por la Congregación, que nos narra con todano Mayor, y por tanto conocedor exacto de los datos que ofrece. Leamos con sus propias palabras la descripción:
” …salía una solemnísima procesión de los Pasos de la Pasión de Jesuchristo, sumptuosisima y de mucha vista el Jueves Santo por su tarde desde el año 1758 en esta forma:
Iban delante el estandarte de orlandilla negra con las armas de la Real Congregación y dos banderetas con las insignias de la Pasión, al cargo de tres comisarios y en seguida los pasos siguientes:
• El Lavatorio. Paso de singular mérito que lo fabricó el célebre Sarcillo en 1758, compuesto de 24 parejas de nazarenos.
• El Pretorio y casa de Pilato. Paso de mucho mérito y consideración, le construyó Sarcillo y tuvo su primera estrena en la tarde del Jueves Santo 27 de marzo del año 1777.
• El Huerto y Prendimiento de Jesuchristo. Insignia prodigiosa, construída por Gabriel Martínez en 1758.
• Negación de San Pedro, sus lágrimas y arrepentimiento. Hechura de mucho mérito trabajada en 1759 por el célebre Sarcillo; y ésta y las dos anteriores se componían de 24 parejas de nazarenos.
• Jesús con la Cruz a cuestas en la calle de amargura, la Verónica, el Sirineo y sayones. Paso de mucho mérito, construido en 1758 por Mariano Bucchi, francés; se componía de 24 parejas de nazarenos; 24 cruces; y 24 manteístas con manueals; 2 bocinas; 24 soldados; seis tambores; 16 armados vestidos de yerro y 24 angelitos, cantando a coro ciertas coplitas de la Pasión.
• San Juan Apóstol y Evangelista. Imagen muy debota trabajada por Sarcillo en 1758, se componía de 24 parejas de Nazarenos, y coro de Músicos.
• La Virgen Santísimas Nuestra Señora de los Dolores puesta sobre el Calvario, circuida de Angeles que le presentan los instrumentos de la Passión de Jesuchristo. Esta primorosa imagen, con su vestido de terciopelo, la construyó en 1756 Francisco Torres y fue la primera hechura de esta Procesión; se componía de más de 100 personas militares y manteístas; coro de Angelicos y de Músicos.
Esta procesión salió desde dicho año 1758 hasta el de 1778 que por varios desordenes, y escándalos que cometieron en medio de la calle algunos de sus individuos Mayordomos, la prohibió con justos motivos el Illmo. Señor D. Josef Tormo; y por más instancias, que para ello ha hecho la Congregación, no ha podido lograr el volverla hacer.
De las imágenes que salían en el siglo XVIII, en esta procesión, se conservan tres pasos: “San Pedro”, “El Lavatorio” y “El Pretorio y casa de Pilato”. Este último se componía, sin duda, de la imagen del Ecce-Homo, titular de la Cofradía de su nombre, y del Pilato que se conserva en el Museo Diocesano de Orihuela. Ambas se debieron realizar por Francisco Salzillo Alcaraz en 1777, tal como afirma Montesinos y se deduce de sus caracteres estilísticos.
Resulta curioso que la escultura de Pilato se utilizase como imagen de San Judas Tadeo, muchos años después de ejecutada; pues ya hemos visto que el San Judas que se veneraba en 1792 en la capilla del Pilar estaba pintado en lienzo. Parece que con el tiempo esa ambivalencia de la escultura, para representar a ambos, ocasionó el que poco después de la Guerra Civil se rechace la talla de Salzillo como un auténtico Pilato y se encargue y realice una nueva escultura, como estudia Antonio L. Galiano Pérez en su trabajo sobre la Cofradía del Ecce-Homo.
Si la Procesión organizada por la Congregación del Pilar se prohibe en 1778, no será hasta mediados de la siguiente centuria cuando vuelva a salir. El siglo XIX, que se inicia con la Guerra de Independencia, continúa con una serie de acontecimientos políticos que trastocan todo el orden establecido. Son años de luchas con el francés, desamortización de bienes eclesiásticos, supresión de cofradías – en Orihuela sólo quedó la dedicada a la Patrona-, revoluciones, pronunciamientos. Será en la década de 1840 cuando de nuevo comience a salir la procesión de la capilla del Pilar; sus pasos se trasladarán la noche del Miércoles Santo a la iglesia de Monserrate, donde por la tarde habían llegado los de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, para salir en procesión general del Viernes Santo. Algunos problemas surgen entre ambas cofradías, pues la V.O.T. en junta de 19 de marzo de 1846 “…acordó el que se hiciese presente a la Cofradía del Pilar que siguiese la costumbre de acompañar con sus pasos en la procesión de Semana Santa hasta la plaza de Capuchinos”, lugar donde se disolvía la procesión del viernes, volviendo cada paso a su respectivo templo. Este mismo acuerdo se reitera en 1855, 1856, 1859, 1864, etc. Al fin, en 7 de abril de 1909, se firma, por ambas cofradías, una concordia para las procesiones de Semana Santa, estableciéndose de forma definitiva los derechos y deberes de ambas.
En las procesiones del siglo XIX y principios del XX son diversas familias las que se encargan del adorno de los pasos, pagando de su propio peculio todos los gastos de flores e incluso de nazarenos. En 1888 el Ecce-Homo era “Patronato de la Señora Doña María Hernández de Muñoz y hermanas” , y posteriormente serían sus descendientes las Srtas. De Muñoz. No obstante, será después de la Guerra Civil cuando nuestras procesiones alcanzarán mayor brillantez en la evocación de la Semana Santa; hay unas palabras del memorable Obispo Almarcha -publicadas en la revista Momento el año 1942- que resumen, de forma extraordinaria, ese tránsito entre las antiguas y nuevas cofradías que ya comienzan hoy a celebrar sus Bodas de Oro: “…las procesiones hacen recobrar a Orihuela su sabor y sus líneas señoriales.
Nuestras procesiones decayeron cuando se relegaron a nazarenos obligados. Ha habido un tiempo de decadencia procesional, con siervos más o menos voluntarios. Miraban los señores las procesiones que hacían los siervos; menos mal si alguna vez se dignaban a guiarlos, además de pagarlos…; hoy las cofradías, en hermandad cristiana, el primer sacrificio que hacen es …pagar por salir y luego ocultar su cara al público.
Allí, en rígidas filas, todos señores, todos caballeros, porque todos dan lo mismo y todos cumplen los mismos deberes, y todos tienen los mismos pergaminos de nobleza cristiana, van confundidos todos los oriolanos.”